17/10/11

Vigilia dominguiana

Era domingo temprano, el sol ya había invadido gran parte de la habitación y su humor variaba a cada pestañazo que daba. ¡Uy que ganas de seguir en la cama! ¡Domingo domingo domingo fastidioso y aburrido! ¡Cómo te odio vodka con speed! Pero, ¡Uff uff! Como me tomaría uno...
No quiere volver, aunque lo jalen y sienta retorcijones. Se revuelca un poco más, ¡Uh uh porqué porqué!
Vuelve a pestañar hasta que logra mantener sus ojos abiertos. -Un lápiz, un lápiz- Busca busca pero no lo encuentra. Revuelve en su mesita de luz, papeles, envolturas de caramelos, un mate a medio cebar y nada.
Da media vuelta y echa un vistazo hacia la ventana, entre el haz de luz que irradia el sol a medio templar logra visualizar una sombra. Atontado por la dormilona se friega los ojos pensando estar soñando todavía. Pero la sombra se da a conocer, ojos negros, envuelto en una sábana blanca con manchas marrones, parecieran de café –Maldito oficinista- Piensa.
El fantasma dice: -¡Boo! ¡Boo!
A lo que, alarmado contesta: -Che necesito dos mil euros, ¿ni hablar no?-

Ble.

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